UN RELÁMPAGO APENAS
Besas como si fueses a comerme.
Besas besos de mar, a dentelladas.
Las manos en mis sienes y abismadas
nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,
me declaro vencido, si vencerme
es ver en ti mis manos maniatadas.
Besas besos de Dios. A bocanadas
bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,
tiras de mi raíz, subes mi muerte
a flor de labio. Y luego, mimadora,
la brisas y la rozas con tus labios.
Oh Dios, oh Dios, oh Dios si para verte
bastara un beso, un beso que se llora
después, porque, ¡oh, por qué!, no basta eso.
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La desesperanza se siente, pero parece asomar el deseo de creer.
ResponderEliminarUn beso linda
El gran poeta vasco que también escobio:
ResponderEliminarCada beso que doy, como un zarpazo
en el vacío, es carne olfateada
de Dios, hambre de dios, sed abrasada]
en la trenzada hoguera de un abrazo.
Gracias, *L* por traerlo a la memoria, merece la pena leer su poesía amorosa.
Un abrazo.