"La Bella y la Bestia"









"BELLA... 
Es  francesa, así que es una puta. 
Y permitidme hablar sobre el hecho de que 
teóricamente tuvo relaciones sexuales con un animal. 
¿No es una bestialidad¿Todo el mundo lo ignora?"


(JENNA MARBLES, blogger y artista) 



*** Visto aquí, entre los minutos 1'33"" y 1'43"" (el resto de este atípico -e hilarante, en mi opinión- estudio que hace sobre personajes, músicas y argumentos de varias películas de Walt Disney no tiene desperdicio.
Ni se os ocurra ver este video si tenéis algún tipo de animadversión al término "fuck"):

http://www.youtube.com/watch?v=2rT28Z0xM88

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"¿Te toco la flauta, cariño?"




*** Capitán Hund Dido, la réplica prometida al pintor con el que nos deleitó hace poco en su blog.







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Quédate conmigo



Pastora Soler, la representante española de este año en Eurovisión,
quedó en décimo lugar tras realizar una magnífica interpretación de "Quédate conmigo", la canción con la que participaba en el Festival.






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CUCU LEE - «Una noche en Florida»






Estoy tumbada en la gran cama, todos los nervios pulsando, la vagina latiendo, esperando que mi amante venga a mí. Las piernas se estiran lánguidas mientras admiro su suave blancura en la oscuridad.
     Reflejados en el cristal de un gran cuadro enmarcado en el pasillo, se me revelan todos sus movimientos mientras le veo desnudarse en el cuarto de baño. Veo los músculos ondeando en la espalda y los brazos mientras se quita la camiseta. Pronto saldrá desnudo, su falo duro y erecto diciéndome cuánto me desea, lo ansioso que está por hacerme el amor.
     Enciendo la radio y me acuerdo de pronto del contestador del teléfono. Dios mío, ¿y si ha llamado Bart, y su voz brama: «Prepárate, nena. Voy para allá a besar tu dulce vientre»?
     O Peter, que siempre lo planea todo con antelación. Su cerrado acento de Nueva Inglaterra podría anunciar de pronto: «Confirmado el sábado, querida, llevaré una botella de Soave. Te veré a las ocho».
     Desconcecté el contestador, sólo por si acaso.
     Se apaga la luz del baño, y una figura masculina se perfila en el umbral de la puerta. En las paredes y el techo danzan sombras gigantescas a la oscilante vela de la mesilla. Él recorre a zancadas el corto pasillo mientras sus ojos se acostumbran a la débil luz de la habitación. Puedo ver en la penumbra la silueta de su hermoso cuerpo y siento sus manos fuertes cuando toca la cama, y a mí.
     Se desliza entre las suaves sábanas y me abraza, respirando en mi oído con su aliento caliente. Su olor es fresco, limpio y vivo, una mezcla de jabón irlandés, dentífrico de menta, elixir y aftershave de almizcle.
     Siento que mi cuerpo se caldea entre sus brazos, todos los sentidos ansiosos de la promesa que me ofrece.
     Sus manos me acarician la espalda, el muslo, y trazan expertos círculos hacia el tupido pubis, que ya se humedece anticipando. Allí, en ese espeso nido negro y rizado, penetra los pliegues y acaricia suavemente el clítoris. Un torrente de éxtasis fluye en mi interior mientras yo me agito ante su contacto, juntando las piernas para atrapar en mi vulva el rítmico movimiento de su mano. Me está besando, lamiendo con furia, chupándome el cuello y los pechos como un gatito. Toma un pezón con la boca y le pasa la lengua hasta que se endurece. Su contacto provoca una corriente eléctrica que se funde con el fuego de mi entrepierna.
     Me acaricia un pecho mientras entre besos y mordiscos se dirige hacia el otro y hacia la cintura, hacia la redondez de mi estómago. Poco a poco, me acaricia suavemente desde el pecho a las caderas.
     Una embriagadora ola de deseo fluye por mí, llenándome, derramándose, inundándome de calor.
     Mientras su lengua busca la hendidura de mi ombligo, jugando, cosquilleando, atormentando, un respingo involuntario me hace jadear, luego reír. Él también se ríe y me besa allí para recordarne qye sabe dónde tengo cosquillas. Su lengua de nuevo en el ombligo, me hace dar otro respingo.
     Sus manos descienden lentamente a mis caderas, acarician la parte interior de los muslos y las hendiduras que perfilan el hueso púbico. Mis caderas responden a su contacto y lanzo la pelvis hacia él, hacia su lengua inquieta. Jadeo.
     Sus dedos recorren la cicatriz en mi abdomen, y él la besa desde el montículo del amor hasta el ombligo, y se tiende sobre mí para cogerme el rostro entre las manos y besarme con pasión. Sus dedos se enredan entre mi pelo mientras me besa ansioso.
     Siento la dureza de su pene contra mí, y apenas soy consciente de mis débiles gemidos mientras nuestras lenguas hacen voraces el amor.
     Como combatientes en la arena, rodamos a un lado y otro, estrechándonos con fuerza en desesperado abrazo.
     Yo me aparto primero, jadeando.
     Eres muy buen amante.
     Para eso hacen falta dos responde él.
     Aprieto su fuerte falo erecto y lentamente muevo arriba y abajo la suave piel que lo recubre, arriba y abajo. Gime de placer. Nuestros movimientos, como en un ballet, son lentos y gráciles.

Me vuelvo para besar su terso y duro estómago, paso la lengua sobre el diminuto cráter de su ombligo y entierro la nariz en el fino vello rizado de su entrepierna. Cojo en la boca el magnífico falo y lentamente me muevo arriba y abajo para cubrirlo, la lengua en círculos sobre la punta mientras él gime arrebatado. Estoy de rodillas a su lado, y él se ha tumbado debajo de mí para encontrar mis pliegues vaginales. Con la otra mano me agarra un pecho como si fuera una pelota de tenis, apretándolo, pellizcándolo mientras me lanza salvajemente el puño en el coño.
     Solamente percibo la piel, el dulce gesto picante de su falo en la boca. Siento la luz de la luna de Florida filtrándose entre las cortinas de la ventana, mezclada con el oscilante naranja de la vela, perfilando en la cama su cuerpo musculoso.
     La música de la radio me late en la cabeza. Muevo los labios y las caderas al ritmo de los latidos mientras hago el amor sin prisas, con ese magnífico falo en la boca, y él me explora la vulva con los dedos.
     Suelto el falo, alzo las caderas y paso una pierna por encima de su cuerpo, montándole a horcajadas. Guío el gigantesco aparato hasta mi vulva empapada y me siento en él, sintiendo la enormidad de su pene llenando mi vagina cuando mis músculos se tensan estrechándole. Lenta, muy lentamente, me alzo hasta desnudar todo el falo menos la punta y entonces vuelvo a deslizarlo en mi interior, arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo, hasta que él gime:
     ¡Sí, sí!
     Y yo cabalgo gozosamente, cabalgo, cabalgo, cabalgo.
     Cuando me inclino hacia adelante, él agarra mis senos, los acaricia, los chupa con pequeños mordiscos hasta que me dejo caer sobre su pecho, todo el cuerpo temblando de pasión.
     Los movimientos excitan mi clítoris palpitante y mi deseo alcanza el clímax.
     No quiero que se acabe el momento.
     Sofoco un grito al sentir una oleada de sensaciones y todo mi cuerpo responde al terremoto con un trémulo espasmo.
     Él me alza suavemente, aún empalada en la gigantesca lanza, y me sostiene los hombros mientras embiste en estocadas, hundiendo su falo húmedo en mi vagina ansiosa. Inclino la cabeza hacia adelante, mi pelo cubre su rostro, y me muevo arriba y abajo, gimiendo, pidiendo más.
     Me inundo, sus besos me cubren. Muevo la lengua deprisa entre sus dientes, y él responde con un beso que me pega a él, y me debato buscando aire. Me aparto para respirar, gimiendo de placer, saltando, saltando.
     Cabalgo en la creta de una ola de sensación, como si me llevara a lo más alto de la cima. En mi cabeza, fuegos artificiales, redoble de campanas.
     Literalmente.
     El agudo y persistente timbre del teléfono me arrastra la conciencia hasta el presente. ¿Quién puede ser a estas horas? Miro el dial luminoso del reloj: es más de medianoche.
     No hagas caso dice él abrazándome, ahogando mi grito, besándome otra vez.
     Seis insistentes timbrazos más y ya no puedo ignorarlo.
     Todavía a horcajadas sobre su lanza, cojo el teléfono ofensivo.
     ¿Sí? la frialdad de mi voz traiciona mi molestia.
     Kimberly, de doce años, vive en la costa oeste. Allí es tres horas más temprano.
     Abuela dice su vocecita en el auricular, ¿qué estás haciendo?




Cucu Lee, «Una noche en Florida», en Lonnie Barbach, Interludios eróticos. Barcelona, 1990. Ediciones Martínez Roca, S.A. - Traducción de Sonia Tapia.
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Lily Was Here



DOBLE DEDICATORIA:



*** VICENTE MURCIA, éste no era el que había pensado en un principio para ti pero me apetecía ponerte nervioso, jajaja... Me pediste uno sensual y, oye, la música lo es. ¿O no?

^_^




╚> Enlace directo: http://www.youtube.com/watch?v=CLZhq5Gj9Nw&feature=youtu.be




*** VERÓNICA C.,  si no te gusta éste por ser demasiado "light", habla con Vicente, que a lo mejor te lo cambia y todo.

XD








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PHILIPPE GERFAUT



"Una mujer superior incurre a veces en esta inferioridad:
cortejar a los hombres"


(Philippe GERFAUT. Escritora francesa)







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▬ Not without a condom!



*** Un pequeño y muy especial homenaje al creador de videojuegos como Mario Bros, Donkey Kong o Zelda, SHIGERU MIYAMOTO, que ha sido galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012.






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Habanera (De L'Opéra Carmen)






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JOSÉ VICENTE PASCUAL - «Rezadora»




(...)

...sólo queda este detalle, el estigma que me embrutece y me convierte a los ojos de los demás en un fenómeno, un espanto, una aparición insoportable del lado negro de la vida: feo como un pecado, dice el aserto popular, y así me ven todos, horrendo como un pecado ignominiosos, una de esas faltas mortales que llevan aparejadas como castigo el sufrir pavorosas lacras, y todo por mis manos… por mejor llamarlas: mis deformes garras que nacen a un palmo del codo, allá donde el antebrazo se dobla estrepitosamente para formar un muñón del que nacen larguísimos dedos, aberrantes en su debilidad, inútiles, apenas capaces de abrirse en un abanico tenebroso que recuerda a la sinuosa extensión de las patas de una Mantis Religiosa al acecho de víctimas, si tal como hoy me veo contemplado, por primera vez sin aprensión ni desconcierto bajo tu solemne mirada. 

(...)

...no te miento: hubo más mujeres, poco a poco fui buscándolas al otro lado del horizonte de la cordura, traspasada esa línea de lo estético y lo noble donde nada importa más que la nitidez y la urgencia del deseo y la implacable determinación de saciarlo, olvidé a las mujeres normales, renuncié a la belleza, pero, a cambio, obtuve placer y una confortadora sensación de anonimato, sintiéndome uno más entre la sociedad de deformes: alcancé amores con una enana inglesa muy aficionada a masturbarme en salas de cine, de ópera y teatro, yo vestía como un gentleman, lo que soy en realidad, ocultando mis manos en amplios abrigos y capotes, y ella se arreglaba como una niña pequeña, una hija un poco fea pero amable que se sentaba a mi lado y no decía palabra, nada más apagarse las luces acariciaba mi bragueta con manos hábiles y sabias, extraía el miembro y comenzaba a sacudirlo con un ritmo turbador que me hacia sentir de inmediato profundas acometidas de placer, de pura pasión, y tenia la virtud esta valiosa amante de conocer muy mucho el comportamiento del viril atributo, pues cuando intuía que la eyaculación estaba próxima a llegar tiraba suavemente del prepucio, dejando unos segundos mi glande al descubierto, palpitando en la oscuridad como trémulo corazón, y en seguida bajaba del asiento, se arrodillada ante mí y recibía en su boca tibia la carnosa prominencia, sujetaba firme, ávida, con las dos manos, mi pene y mis testículos, acariciaba un instante más arriba y abajo, y yo me derramaba en aquel vaso bendito, llenaba su cara y sus labios con el semen retenido y prudentemente administrado, y gemía y ella chapoteaba entre mis muslos, el olor del esperma nos embargaba, su sabor la enloquecía, y se quedaba allí, en cuclillas, hasta el fin del espectáculo, chupando y sorbiendo, hasta que las luces se encendían de nuevo y abandonábamos la sala cogidos de la mano, como un padre y una hija…



Joel-Peter Witkin ©



Y amé a otra mujer, española, ciertamente, y amputada de ambas manos… por lo demás era perfecta: hermosos senos, labios gruesos y bien dibujados, caderas amplias y piernas largas, delgadas, infinitamente deseables… nos encontrábamos en un hotel de Madrid, junto a la estación del Norte, y jugábamos durante horas a sesiones de cosmética, ella había trabajado siendo casi una niña en una fábrica de jabones, por accidente cayó de bruces en un barreño colmado de líquidos cáusticos, frenó su desplome con las manos, lo que salvó su vida aunque provoco que tuvieran que cortarle ambos apéndices como medida higiénica para combatir la gangrena, también le quedó como recuerdo una deliciosa cicatriz en la clavícula izquierda, muy próxima al pecho que yo sentía latir bajo mis dedos flácidos cuando la acariciaba levemente, rozándola apenas, como si una casualidad hubiese unido el contacto con el deseo misterioso y encubierto de dos desconocidos… 


(...)


...tuve relación con una griega jorobada, coja y medio calva, que sólo se dejaba poseer por la parte trasera, eso sí, con frecuencia inusitada, argumentando que una compañía de soldados turcos la había raptado en su primera juventud, y que la habían forzado de tal manera, tan brutalmente y en tan repetidas ocasiones, que su asolada vagina había quedado inservible para el amor, nunca creí esa historia, más bien me inclino a pensar que los turcos la habían iniciado galanamente en el vicio del enculamiento y ella lo practicaba a todas horas por auténtica devoción… amé a una campesina búlgara que por tara genética carecía de piernas, como si alguien las hubiese arrancado de cuajo de sus caderas, era un busto bellísimo, medio cuerpo adorable cuya parte inferior mas sobresaliente, por evidencia de las leyes anatómicas, era el sexo, un coño endurecido y ralo por los muchos años que llevaba sentándome sobre él, yo encontraba inmenso goce de tomarla en brazos, como a una recién nacida, y practicarle tiernas caricias y prodigar mis besos en su hermoso rostro, sus tiernos labios, sus pezones duros y oscuros, mientras que con la otra mano, como mejor podía, hurgaba en su coño hasta hacerla gritar de placer, pasamos así muchas tardes inolvidables en mi mansión de Harbile, cerca de Sofía, hasta que la abandoné por una pobre enferma de fiebres héticas cuyas ulceraciones y agusanamientos dérmicos me volvieron loco, fui cuesta abajo, en pendiente, como puedes apreciar, cada vez buscaba más miseria física, mayor aniquilamiento, más podredumbre en cada una de mis amantes, y esa decadencia estética complacía a mi derrumbamiento, cuanto más horribles eran las mujeres a las que amaba mejor me sentía, buscaba con ansias de perversión a seres degradados, insufribles en su fealdad, atrozmente mutilados, y mi placer crecía conforme se agrandaban los estigmas y laceraciones de mis compañeras de locura…


(...)






José Vicente Pascual: «Rezadora», en Espuma, núm. 5, Granada, 1995.
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Please



In Memoriam: ROBIN GIBB (1949-2012)




*** Ésta la bailo por ti, Robin.






MI Traducción-Interpretación (+ ó -):


Tantas palabras que me gustaría decirte...
Tantas cosas que me gustaría hacer por ti...
Cuento los segundos hasta que vuelvas a mi lado.
La llama sólo prende cuando estás aquí en mi vida.
Tú eres la única para mí.


ESTRIBILLO:
Por favor, dime cómo demonios me recuperaré de mi relación contigo.
Aunque sé que te has ido, no puedo creer que sea verdad.
Por favor, dime cómo demonios dejar de quererte.
Cada latido de mi corazón...
Te estaré esperando.


Una y otra vez cada pensamiento mío eres tú.
Día tras día yo quiero estar contigo.
Abre tu corazón y estoy seguro de que verás
que no hay palabras para expresar lo que significas para mí.
Nena, tú eres mi destino.


(Estribillo)


Esperando el día en que tú regreses a mi lado.
Esperando el día en que todo lo que está mal esté bien.
Rezando por el momento en que estés aquí entre mis brazos,
abrazándote fuertemente día y noche.


(Estribillo)


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Mea Culpa (Orthodox Mix)






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♦♦ Mea Culpa (Catholic Version)




***¿Preparados para santiguaros?  :P




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WEBER vs. STENDHAL



"El amor es un verdadero acceso de fiebre,
con la diferencia de que ésta
comienza con frío y termina con ardor,
mientras que el amor sigue el camino inverso"


(Friedrich Wilhelm WEBER, 1813-1894. Poeta, médico y político alemán)







I
"El amor es como la fiebre:
brota y aumenta contra nuestra voluntad"



II
"El amor es como la fiebre:
nace y se extingue sin que la voluntad intervenga
en lo más mínimo"



(Henri-Marie Beyle - "STENDHAL", 1783-1842. Escritor francés)


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♪♫ Happy Birthday, Mr. President ♪♫



La noche del 19 de mayo de 1962, hoy hace exactamente medio siglo,
MARILYN MONROE subió al escenario del Madison Square Garden para
cantar un sensualísimo "Cumpleaños Feliz" a John Fitzgerald Kennedy,
por aquel entonces presidente de EEUU.






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Soulmate


DOBLETE












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Texto autobiográfico en tiempo real







Querido diario,

NO PUEDO MÁS!!!

Apenas he dormido y me he levantado extremadamente cansada. Estoy rodeada de una montaña de pañuelos usados y tengo los ojos rojos y llorosos, además de una sensación de ahogo brutal e insoportable. Por mucho aire que intento insuflar a mis pulmones no encuentro la manera de aliviar la presión que siento en el pecho. La impotencia se ha apoderado por completo de mi persona pues llevo en este estado unos cuantos días y es altamente probable que continúe así una temporada larga.

Durante el día intento esconderme tras unas enormes gafas de sol que ocultan levemente mi afectado semblante. Sin embargo, quienes se encuentran conmigo advierten mi mal aspecto y, en un acto empático y con ánimo de aconsejarme y ayudarme en la medida de lo posible, me preguntan con gran curiosidad si el motivo de mi malestar se debe acaso al AMOR o, quizás, al DESAMOR. Encuentro casi normal que se cuestionen esto pues ya se sabe que en primavera quien más o quien menos está tan alterado como el dicho. Pero en mi caso NO, no es debido al amor, ni al desamor siquiera, sino al SEXO, al acto reproductivo en sí. Y, para más inri, no por la escasez, sino precisamente por todo lo contrario. 



¡Estoy hasta el cuerno de las gramíneas y de su folleteo constante estos días!


AAAhhhtt....   chiiiiisss!


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Love to Love You, Baby ❤ ­­­❥✧❥­­­✧❥



***Cerrad los ojos para disfrutar a tope de los gemidos que se escuchan en este temazo de Donna Summer.

Ya veréis qué placer. Uhmmmmmmmm... :P







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Hot Stuff



DONNA SUMMER (1948-2012)


*** Ésta la bailo por ti, Donna.






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Si tú me dices ven...







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CARLOS FUENTES - Diana o la cazadora solitaria



In Memoriam: CARLOS FUENTES (1928-2012)










     Por un momento, casi me convencí de que yo era como todos los hombres, sobre todo los latinoamericanos, que buscan su satisfacción inmediata y les importa un puro carajo la de la mujer. Fui mi mejor abogado; me convencí en seguida de que éste no era mi caso, yo le había prodigado calor y atención a Diana Soren, mi paciencia no estaba en duda, mi pasión tampoco. Ella era tan voraz como yo deseoso de complacerla. Si el placer masculino al que ella se refirió esa mañana era el simple, directo de montarla y venirme, jamás lo hice sin todos los preámbulos, el foreplay, que la urbanidad sexual indica para satisfacer a la mujer y llevarla a un punto anterior a la culminación que conduzca, con suerte, al orgasmo compartido, el coito emocionante, hecho por partes idénticas de carne y de espíritu: venirse juntos, viajar al cielo… ¿Fallé en otro capítulo? Los revisé todos. 


Le pedí felación cuando intuí que ella quería mamar verga, que agarrarla de la nuca y acercarla a mi pene levantado como a una esclava dócil era el placer que queríamos los dos. Pero también entendí cuando lo que quería ella era el cunilingüe lento y asombrado con el que mi lengua iba descubriendo el sexo invisible de Diana, avergonzándome de la obstrusión brutal de mi propia forma masculina, güevona, evidente como una manguera abandonada en un jardín de pasto rubio; en ella, en Diana, el sexo era un lujo escondido, detrás del vello, entre los repliegues que mi lengua exploraba hasta llegar al pálpito mínimo, nervioso, azogado y azorado, de su clítoris de mercurio puro. Los sesenta y nueves no faltaron, y ella poseía la infinita sabiduría de las verdaderas amantes que conocen la raíz del sexo del hombre, el nudo de nervios entre las piernas, a distancia igual entre los testículos y el ano, donde se dan cita todos los temblores viriles cuando una mano de mujer nos acaricia allí, amenazando, prometiendo, insinuando uno de los dos caminos, el heterosexual de los testículos o el homosexual del culo. Esa mano nos mantiene en vilo entre nuestras inclinaciones abiertas o secretas, nuestras potencialidades amatorias con el sexo opuesto o con el mismo sexo. Una amante verdadera sabe darnos los dos placeres y darlos, además, como promesa, es decir, con la máxima intensidad de lo solamente deseado, de lo incumplido. El amor total siempre es andrógino.



Carlos Fuentes, Diana o la cazadora solitaria (1994). Editorial Alfaguara - Colección Alfaguara Hispánica.

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Ven a pervertirme






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SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ - "Al que ingrato me deja, busco amante"







Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.




Sor Juana Inés de la Cruz, Obras completas. (IV Vol.).  México, 1951-1957. Editorial Fondo de Cultura Económica - Colección Biblioteca Americana. Edición y estudio de A. Méndez Plancarte y Alberto G. Salceda. 
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I'm Not Yours






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The Weekend






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ANÓNIMO - Bella de Candor



 



   Mientras conversaban así, la pequeña sirvienta regresó con el té. Yunxiang le ordenó entonces que trajera unas sábanas perfumadas y unas almohadas bordadas y que preparara con ellas el lecho de bambú. Cuando hubo terminado, la despidió.
     Wunchen dijo entonces:
     —¡Esta noche libraremos una estruendosa batalla a la luz de la luna!
     Al oírle hablar de esta manera, Yunxiang sintió que el deseo la embargaba; se desnudó y se tumbó en la cama. Tomó entonces la almohada bordada y se la puso debajo del talle. Wuchen sacudió tres veces su miembro viril y éste se irguió. Después se tomó una píldora y, al instante, su miembro se volvió aún más grueso. Con precipitación mal contenida, la cabalgó y colocó su miembro de jade en la puerta del yin de ella, como si se dispusiera a penetrarla; pero no lo hizo, sino que empezó a frotar. El valle de Yunxiang se inflamó. Sus humores íntimos chorreaban sin cesar.
     —¿Y cómo se llama este juego capaz de hacerme morir de deseo? —le preguntó ella.
     —Se llama «aspirar el aroma sin probarlo» —le respondió él.
     Poco después, a través de la cortina de gasa la luna iluminó agradablemente el cuerpo de Yunxiang, que apareció tan terso, suave, liso y untuoso como una pieza de jade blanco. Y Wuchen, de nuevo presa de un ardiente deseo, la penetró y alcanzó directamente el  «corazón de la flor». En determinado momento, se alzó un poco. El miembro de jade llenó por entero el interior del valle, y empezó a girar y girar dentro de él con  total libertad, como un cubo en el pozo. Cuando  Yunxiang le preguntó cómo se llamaba ese juego, él le respondió:
      —Se llama el «león que hace rodar la pelota bordada».
     Poco después, pidió a su mujer que se levantara del lecho y se apoyara con las manos en un taburete; él se colocó tras ella, sujetándole las rodillas. Así, tomándola por detrás, efectuó un buen centenar de vaivenes, y gozaron a la manera del «fuego que prende del otro lado de la montaña». Después, cansado de este maraviloso juego, Wuchen se fue a la cama y, tumbándose boca arriba, pidió a su esposa que le cabalgara. Tomó sus nalgas con la palma de las manos y comenzó a levantarla y a bajarla con un gran estrépito. cuando la hubo penetrado por entero, Yunxiang, incapaz ya de controlarse, no cesaba de subir y bajar sobre él, en medio de los estruendosos ruidos del amor.
     —¿Conocéis esta manera? —le preguntó él entonces.
     —¿No es «cara de cielo al bastón de incienso perfumado»?
     —Sí, así se llama —respondió él.
     Y después de eso, los dos esposos continuaron con los «¿me amas?, te amo» y no durmieron en toda la noche.
     Pero ¿no dicen que las paredes oyen? ¿Cómo no iba a haber nadie al otro lado de la pared? En efecto, la pequeña doncella de Yunxiang lo había oído todo. Me preguntaréis cómo pudo ocurrir eso. Pues bien, mientras preparaba la cama para su ama, la doncella se había figurado muy bien lo que iba a suceder. Por eso, en vez de irse a acostar, se había ocultado detrás del pabellón. Permaneció debajo de la ventana toda la noche para escucharles, y no se perdió ni un solo asalto de los dos amantes. Todo lo que había oído se le había quedado tan grabado en el corazón que no había podido dormir ni un minuto. Y sólo cuando empezaba a clarear regresó a su habitación.





Anónimo, Bella de Candor y otros relatos chinos. Barcelona, 1997. Tusquets Editores - Colección Sonrisa Vertical. Traducido del francés por Mercedes y María Corral.
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╰ღ╮So Long My Friend╭ღ╯



Un atardecer, Zeppelins, mariposas, Yanni,
delicados y sensuales movimientos de baile...
¡Magia!




*** Éste para ti, Marta. :)




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Rendición








Me abandono a la enloquecida calidez
de los devaneos que prodigas
con inusual querencia
sobre la cuenca desértica
de mi vientre desnudo.

Tú,
con tu  palpitante sexo
dispuesto a hacer diana en mí.

Yo,
desarmada y trémula,
a la deriva de un instinto ávido y ardiente...


M
      e 
             d
                   e
                         j
                              o ...



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ՁΟƔΞ






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Horóscopo Sexual



Yo soy scorpio. Qué le vamos a hacer...  XD

¿Cuál es vuestro signo?






LIBRA: adicto al sexo.
VIRGO: buen sexo.
ARIES: el dios del sexo.
ACUARIO: lo hace en el agua.
GEMINIS: ultra sexy.
LEO: un león en la cama.
CÁNCER: bueno dando besos.
PISCIS: el hábil.
CAPRICORNIO: el amante apasionado.
TAURO: ama como ninguno.
SAGITARIO: el sexy.
ESCORPIÓN: el mejor en sexo.


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First of the Year (Equinox)






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LOPE DE VEGA






"No quiso la lengua castellana
que de casado a cansado
hubiese más que una letra de diferencia".



(Félix LOPE DE VEGA y Carpio, 1562-1635. Poeta y dramaturgo)


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HARUKI MURAKAMI - 1Q84







Capítulo 2

TENGO
Una idea un tanto diferente




     El primer recuerdo de Tengo era de cuando tenía un año y medio. Su madre se había quitado la blusa, había desanudado el lazo de la combinación blanca y daba el pecho a un hombre que no era su padre. Un bebé yacía en una cuna; probablemente fuera Tengo. El se veía a sí mismo en tercera persona. Aunque quizá fuera su hermano gemelo… No, no lo era. Aquél debía de ser el propio Tengo, con un año y medio de edad. Lo sabía por intuición. El bebé estaba dormido, con los ojos cerrados, y podía oírse débilmente cómo respiraba. Para Tengo, aquél era el primer recuerdo de su vida. Aquella escena de apenas diez segundos había quedado grabada con nitidez en las paredes de su mente. No había antes ni después. El recuerdo estaba completamente solo, aislado, como un pináculo en una ciudad anegada por una gran riada, cuya cabeza asoma por encima de la superficie turbia del agua.
     Cada vez que se le presentaba la oportunidad, Tengo preguntaba a las personas que lo rodeaban qué edad tenían en el primer recuerdo de sus vidas. La mayoría, cuatro o cinco años. Como muy pronto, tres años. Nadie solía recordar cosas de una edad más temprana. Era como si un niño debiera tener al menos tres años para poder presenciar y comprender, con cierta lógica, las situaciones que ocurrían a su alrededor. En fases previas, todo se reflejaba como un caos incomprensible. El mundo era cenagoso como una papilla diluida, carecía de armazón y resultaba elusivo. Se escapaba por la ventana sin llegar a constituir un recuerdo en el cerebro.
     Por supuesto, un lactante de un año y medio de edad no puede juzgar qué significa el hecho de que un hombre que no es su padre chupe los pezones de su madre. Eso es evidente. Por lo tanto, si aquel recuerdo de Tengo fuera verdadero, la escena se le habría quedado grabada en la retina tal y como la vio, sin ser enjuiciada. Igual que una cámara que graba mecánicamente los cuerpos en la cinta de celuloide, amalgamando luz y sombra. Y a medida que la mente se desarrolla van analizándose paulatinamente las imágenes reservadas y fijadas y se les da un sentido. Pero ¿podría haber sucedido aquello en la realidad? ¿Es posible que tal imagen se almacene en el cerebro de un lactante? ¿No sería, acaso, un mero falso recuerdo? Una invención de la memoria: Tengo también había considerado esa posibilidad. Pero había llegado a la conclusión de que lo más seguro es que fuera imposible. Era demasiado vívida y tenía un poder persuasivo demasiado profundo como para ser una invención. La luz, el olor, las palpitaciones allí presentes. El realismo que emanaba era sobrecogedor; no podía ser una falsificación. Además, suponiendo que fuera real, daba sentido a muchas cosas. De manera lógica y emotiva.
     A veces aquella imagen nítida aparecía, sin previo aviso, durante unos diez segundos. Ni un presagio, ni una prórroga. Sin llamar a la puerta. Lo visitaba de repente cuando viajaba en el tren, cuando escribía fórmulas matemáticas en el encerado, cuando comía o cuando charlaba con alguien (como, por ejemplo, en ese preciso instante). Avanzaba arrasando todo, como un tsunami silencioso. Cuando se daba cuenta, ya se alzaba ante él y los miembros se le dormían por completo. El tiempo se detenía durante un instante. A su alrededor, el aire se enrarecía y le costaba respirar. La gente y los objetos que lo rodeaban se convertían en cosas ajenas a él. La pared líquida engullía su cuerpo. Aunque sentía que el mundo se iba cerrando y quedando a oscuras, sus sentidos no se desvanecían. Tan sólo se trataba de un cambio de agujas en las vías de su vida. En parte, sus sentidos se volvían más agudos aún. No tenía miedo. Pero no podía abrir los ojos. Tenía los párpados bien cerrados. Los ruidos que lo rodeaban se iban alejando. Y entonces esa imagen familiar se proyectaba varias veces en la pantalla de su mente. Le sudaba todo el cuerpo. Sentía cómo la zona de las axilas de la camisa se humedecía. El cuerpo empezaba a temblarle ligeramente. Sus latidos eran más rápidos y fuertes.
     Cuando estaba con alguien, Tengo fingía sentirse mareado. La verdad era que se parecía a un mareo. Pasado cierto tiempo, todo volvía a la normalidad. Sacaba un pañuelo del bolsillo, se lo llevaba a la boca y se quedaba quieto. Levantaba la mano en señal de que no pasaba nada, para que el acompañante no se preocupara. A veces se terminaba en treinta segundos; otras, continuaba durante más de un minuto. Durante ese tiempo, la misma imagen se repetía automáticamente, como en la función de repeat, si lo comparamos con una cinta de vídeo. La madre se desanudaba el lazo de la combinación y el hombre le chupaba los pezones erectos. Ella cerraba los ojos y jadeaba. El nostálgico olor de la leche materna flotaba tenuemente en el ambiente. El olfato es el órgano más desarrollado en un bebé. Puede enseñar muchas cosas. En ciertas ocasiones, puede enseñarlo todo. No se oía ni un solo ruido. El aire se convertía en un líquido espeso. Sólo percibía, por lo bajo, sus propios ruidos cardiacos.
     «Míralo», le decían. «Mira sólo eso», le decían. «Estás aquí; no tienes ningún otro sitio adonde ir», le decían. El mensaje se repetía incansablemente.
     El «ataque» de esta vez fue largo. Tengo cerró los ojos, se llevó un pañuelo a la boca, como siempre, y lo mordió con fuerza. No sabía durante cuánto tiempo había estado así. Cuando todo terminó, la única forma de saber la duración era por el cansancio corporal. Estaba exhausto. Era la primera vez que se sentía tan fatigado. Pasó algún tiempo hasta que fue capaz de abrir los párpados. Sus sentidos deseaban despertarse cuanto antes, pero el sistema de músculos y vísceras ofrecían resistencia. Como un animal en estado de hibernación que se confunde de estación y se despierta antes de tiempo.
     «¡Eh, Tengo!», había estado gritando alguien desde hacía un rato. Aquella voz sonaba vagamente, desde las profundidades de una caverna. Tengo se dio cuenta de que era su nombre. «¿Qué te pasa? ¿Es lo de siempre? ¿Estás bien?», decía la voz. Esta vez lo oyó desde un poco más cerca.
     Por fin abrió los ojos, se centró y observó su mano derecha, agarrada al borde de la mesa. Confirmó que el mundo no se había desintegrado, que él seguía estando allí y seguía siendo el mismo. Aún sentía cierto entumecimiento, pero aquélla era su mano derecha, sin duda. También olía a sudor. Era un olor extrañamente salvaje, como el que se percibe delante de la jaula de alguna bestia en los zoológicos. Sin embargo, aquél era el olor que él mismo desprendía, no cabía duda.
     Tenía sed. Tengo estiró la mano, alcanzó el vaso de la mesa y bebió la mitad del agua, prestando atención a no derramarla. Una vez que descansó y recobró el aliento, se bebió la otra mitad. Su mente regresó, progresivamente, a su sitio, y sus sentidos volvieron a la normalidad. Depositó el vaso vacío sobre la mesa y se secó los labios con el pañuelo.

(...)




Haruki Murakami, 1Q84. Barcelona, 2011. Tusquets Editores - Edición Andanzas.

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Since I Met You



*** Felipe... Adivina, adivinanza: ¿sabes cómo se llama el que toca la batería?

PISTA: el grupo se llama Shap y es de reciente creación (2011). Pero, como ya te he dicho en un comentario, este percusionista ha colaborado con muchos artistas y grupos nacionales conocidísimos. También internacionales, aunque menos y del ámbito del jazz principalmente.


;)


La canción es preciosa, ¿a que sí?






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