Millones de botellas.
Eso es lo que somos. Frágiles botellas, cada una de un material, forma, color y textura distinta, pero todas con el mismo denominador común: la cantidad de mensajes que guardamos dentro de cada uno de nosotros y que nos gustaría que fuesen leídos e incluso atendidos por alguien. Algunos de éstos son auténticos gritos de socorro, de desesperación, de manifiesta insatisfacción en el plano sexual: "quisiera saber qué es un orgasmo"; "me gustaría saber si mi disfunción eréctil podría resolverse sin tomar medicamentos"; "necesito alguien con quien comprobar si realmente sufro eyaculación precoz"; "lo 'normal' no me satisface, me gustaría probar algo diferente"... Y así muchos otros más.
En ocasiones encontramos a alguna persona que, ebria por conocer y degustar el contenido de nuestro envase, nos desprecinta y descorcha, y bebe de nuestras misivas. A veces lo hacen con torpeza, derramando buena parte del interior sin darle la importancia que tiene... Hay quienes no captan o no saben apreciar su jugo... También los hay a los que su sabor se les hace desagradable, sin contar con que les pudiera resultar indigesto, y abandonan la botella y el sobrante a su suerte. Otros lo beben como alcohólicos a los que les da igual qué es lo que ingieren mientras sacien su necesidad urgente y, en plena borrachera, dejan caer esas botellas, lastimándolas e incluso rompiéndolas en pedacitos. Sin embargo, hay veces que topamos con expertos sommeliers que catan con atención (y hasta es posible que con delicadeza) el extracto del mensaje y lo analizan concienzudamente hasta llegar a las notas más escondidas. Es entonces cuando aparentemente las botellas sienten por un momento que el bouquet de sus mensajes ha sido degustado con interés, lo cual no implica que éste no sea finalmente categorizado y etiquetado como de sabor demasiado extraño y relegado a las baldas más apartadas de la bodega de la vida.
Nos queda el consuelo de saber que, como recipientes reutilizables que somos, siempre existe la oportunidad de recargar el contenido para, de ese modo, esperar pacientemente a que nuestros mensajes sean adecuadamente leídos, atendidos y valorados por paladares comprensivos.
***Más mensajes embotellados en casa de Encarni:
Mirad qué dibujo más chulo
me ha hecho Encarni para la ocasión:
La Petite Mort
GRACIAS, Encarni!!!
:)
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Impresionante !!
ResponderEliminarCreo que debe dar un curso de catas signorina..
Desde luego apúnteme y siénteme delante no quiero perderme nada..
Asumo que soy un hombre imperfecto y como tal, recibo mensajes confusos.
Bonita espalda!!
Un Martini hace??
Beso
Sicilia
Me gusta la comparación que haces, cada persona una botella distinta, con distinto sabor su contenido. Si, desde luego es mucho mejor encontrarse con un buen summeller, que sepa apreciar, de lo contrario perdemos el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy cierto...y a veces, esperando ese "entendido/a" parece escaparse la vida, peroquizás tengomás sentido esperar por el "adecuado/a" que andar por ahí catando cualquier menjunje avinagrado!
ResponderEliminarjajaja
Un abrazo
Todo tiene un límite, somos envases recicables hasta que nos autodestruimos por el acoso de tantos líquidos. El paladar de los sommeliers es delicado y el del botellón es basto, a los mejor hay que probar todos contenidos para llegar a una sabiduría del gusto, no sé.
ResponderEliminarDesde el inicio hasta el final del mensaje me has tenido fascinada.
Besito.
Muy bien planteado.
ResponderEliminarY yo quisiera que se me aparezca una sílfide.
Ciertamente, somos envases. No hay discusión en ello... ni en nada de lo que dices. Y qué bien lo dices! Seguro que contienes algún elixir especial, porque tus letras hablan claro y atraen.
ResponderEliminarSi he de exponer mi situación de botella, digamos que estoy en etapa de reciclaje (más allá que hayan quienes digan que no me veo mal), pero ando necesitando algún compuesto revitalizante que me ayude a lanzarme a probar tragos nuevos. En fin, tu exposición definitivamente, ha hecho que me salte el tapón! Me has dado un mensaje motivador, sí, sí sí!
Besitos y buen fin de semana!
Gaby*
Un mensaje muy interesante.
ResponderEliminarSe me ocurre decir: quien esté libre del pecado que deje de arrojar mensajes...
Siempre hay alguien que nos sabe entender, por ese uno que lo hace, vale la pena seguir arrojando mensaje a la mar.
El video, exquisito e interesante (a veces no tenemos ni tiempo de ver estas joyitas...)
un abrazo.
Que bonito el mensaje, la botella y la lectura acompañado de un buen catador. Me ha resultado todo tan sensual que no sé yo si será la primavera :)
ResponderEliminarGracias por poner la botellita en la entrada, lo de las comillas fue un despiste, pero como tú has dicho, ahora miran de otra manera.
Un abrazo
Me encantó este mensaje, es tan cierto todo lo que dice, tan descriptivo de situaciones que todos hemos pasado. El plano sexual es tan diverso, tan difícil de encontrar ese bebedor que nos tome con placer y dedicación.
ResponderEliminarUn beso.
Cada uno somos de una clase, y como dices tú, somos una botella diferente y con un mensaje variado.
ResponderEliminarUn abrazo
Una reflexión estupenda, que me lleva a pensar que hay un deseo que se consuma en el sexo pero que no siempre se realiza con él, tal vez los labios que beben el caldo no lo sepan degustar.
ResponderEliminarBesos.
wow es hermoso, veridico y muy sugerente, un texto deliciosamente comparado, buscamos y nos dejamos buscar y muchas veces no encontramos a esa persona que nos haga disfrutar del contenido de nuestra propia botella.
ResponderEliminary el video queda muy bien con el relato, felicidades sera un verdadero place seguir tus publicaciones, gracias y besos ;)
Como recipientes que somos de un determinado contenido, no podemos aspirar a que todo el mundo sepa apreciar este ni a que aún apreciándolo, satisfaga las exigencias de su paladar. Lo verdaderamente interesante es encontrar el catador adecuado, aquel que sepa extraer toda la amplia gama de matices que cualquier contenido embotellado encierra y sea capaz de deleitarse con ellos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.