Marina Abramović mantuvo una intensa historia de amor con Ulay en los años 70. En 1988, cuando su relación ya no daba para más, decidieron recorrer la Gran Muralla China partiendo cada uno desde un extremo para encontrarse en el medio, abrazarse a modo de despedida y no volver a verse.
En 2010 el MoMa de Nueva York dedicó una gran retrospectiva a la obra de esta artista del performance serbia en la que Marina pasó 716 horas y media sentada inmóvil frente a una mesa en el atrio del museo. Los espectadores eran invitados por turnos a sentarse frente a ella para compartir miradas de aproximadamente un minuto en completo silencio. Ulay apareció allí sin que ella lo supiera 23 años después de haberse separado, y esto fue lo que ocurrió:
Lloré cuando los vi por primera vez, y aún ahora me emociona.
ResponderEliminarNo sé que pasa con el video que no arranca.
ResponderEliminarLo vi en youtube. Me da la sensación de que le habian preparado la sorpresa. Y que sorpresa. Los ojos de le enrojecieron, no pudo mantener la condición imperturbable que había demostrado antes.
Ahora lo vi. Y reitero mi sospecha de que era una sorpresa preparada para la artista.
ResponderEliminarEl mundo notiene murallas....solo encuentros y desencuentros
ResponderEliminarmi beso.