Ella
comenzó a gemir de manera escandalosa, lo cual le excitó aún
más. Después del intenso orgasmo, se incorporó sudorosa sobre
la mesa del escritorio en donde había estado tumbada casi todo el
rato, le sonrió y, tras empujar levemente la silla en la que él
permanecía sentado, apoyó sus zapatos de tacón en el suelo, le dio
un beso en los labios y se dirigió semidesnuda hacia el cuarto de
baño.
Mientras
ella se daba una ducha, Martín encendió un cigarrillo y echó la
vista atrás en el tiempo. Recordó cómo se las ingeniaba en su
adolescencia para atraer a las chicas y acostarse con ellas. Le
gustaba mucho fanfarronear delante de ellas y nunca vio el riesgo a
nada de lo que hacía. Hasta que ocurrió el accidente... Aquel salto
vertical desde el acantilado le causó daños en la médula, y quedó
parapléjico.
Tras
asumir que su lesión le impediría caminar el resto de su vida, lo
único que le preocupaba era saber si iba a poder mantener relaciones
sexuales satisfactorias. Eran tantos los mitos y tan grande el
desconocimiento sobre este tema, tabú incluso entre sus
familiares... Afortunadamente su sex-appeal le ayudó a
encontrar con inusual rapidez las respuestas a sus inquietudes.
Comenzó practicando con la misma fisioterapeuta del centro de
rehabilitación, que fue la que le demostró que, a pesar de haber perdido la
capacidad de eyacular, aún podía tener erecciones e incluso
orgasmos. Pero lo más importante que aprendió fue a sentir y a
hacer sentir. Todas sus amantes posteriores le enseñaron que existen
muchas zonas erógenas en el cuerpo (en el suyo también) y que no
siempre es necesaria una penetración o incluso llegar a "la petite mort" para tener sexo satisfactorio. La prueba estaba en lo que acababa de suceder.
¿Quién le iba a decir a Martín que practicar un simple cunnilingus
le iba a proporcionar tantísimo placer? Hacer sentir de ese modo a
una mujer y, a su vez, sentir el gozo de ésta...
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Un planteo interesante, aleccionador, esclarecedor y placentero.
ResponderEliminarUn muy buen relato desde mi perspectiva de simple lectora.
un fuerte abrazo
Es un relato con sorpresa y muy bien contado. Estupendo. Eres una artista jjajjaj Besos.
Con los miles de terminaciones nerviosas que el cuerpo humano posee, no es extraño que tu protagonista imposibilitado para el acto sexual, encontrara mil y una formas sustitutivas de proporcionar placer a las mujeres con las que pudo estar.
ResponderEliminarGracias por participar y no te preocupes por llegar algo tarde, ya sabes que se admiten rezagados.
Un abrazo.
Un interesante y ameno relato y una manera diferente de enfrentar los recuerdos. En este caso lo que supondrían unos dolorosos y crueles recuerdos, tú los transformas en placer y sentimientos, los suyos y los que es capaz de dar. Muy bueno L
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, muy cierto. La sensualidad y la erogeneidad de la piel es mas que una zona, abarca un susurro, una frase lenta dicha en un momento oportuno, una mirada fugaz repleta de labios rojos, tocar y destocar, acariciar y decir, sentir (a veces con solo sentir el otro siente mas, empatía sexual).
ResponderEliminarnunca he estado mas de acuerdo contigo, querida Scarlett.
mi beso.
Si se quiere, siempre hay recursos! jeje
ResponderEliminarUn abrazo
Martín es un encanto y tu otro por contar y hacernos sentir ese delicado placer.
ResponderEliminarBesos!
Pd En tu relato hay muchas palabras que no estaban en el vocabulario de una buena chica de colegio de monjas: gemir, orgasmo, gozo, "eso". Jajaja
Y ya me callo que comentar el relato del jueves es tarea de Toni. Buen finde.
.
TREMENDO!!
ResponderEliminarBesos L y se feliz!
Buen relato descriptivo hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo
No tiene pan, pero buenas son las tortas.
ResponderEliminarBesos.
Tengo que ser sincera, me asustó mucho cuando al picar sobre la L, me salió un aviso de no sé que historia de contenido de adultos, vaya que salí corriendo por si me había equivocado de pagina, pero volví a casa de Pepe, y al ver que todo estaba en orden, aquí estoy.
ResponderEliminarTe pareceré tonta, pero no soy de relatos eróticos,(que conste que no estudié en colegios de monjas) me parece que está muy bien narrado, y me alegro que tu personaje disfrute, y haga disfrutar a sus diferentes amantes. Un abrazo.
Muy interesante relato, me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso
Joder con Martin. No crees que debería montar una academia para hombres? Entre las mensualidades de los alumnos y las subvenciones de las mujeres se forraria. Y luego con un diploma así en el bolsillo… Alguien se lo imagina?
ResponderEliminarEl relato? Excelente.
Besos artista!
un placer con todos los condimentos
ResponderEliminartodo en alguna medida estamos sujetos a detalles del pasado que nos demuestran cada día, es eso un día, besos
EXCELENTE RELATO... me ha encantado, pues personalmente pienso que muchos hombres no se dan cuenta de aquello y eso en cierta forma puede debilitar una relación
ResponderEliminarMe gustan tus relatos y creo que este es muy bueno pero tengo una pregunta,todos los textos los enfocas por el lado erótico?es curiosidad, no soy de colegio de monjas ni mucho menos, más bien lo contrario jejeje.
ResponderEliminarUn beso.
*** A tod@s:
ResponderEliminarGRACIAS!!!!!!!!! :D
Vuestros comentarios son aliciente para continuar. Sois un encanto. De verdad, de verdad. :)
*** A TERESA OTEO (y a PEPI, ya de paso):
En efecto, a todos los relatos jueveros les estoy dando un enfoque erótico. Es un reto que me traigo entre manos desde el comienzo de mi participación. No sé si lo sabréis pero tengo otro blog aparte de éste. Podía haber escrito relatos "normales" y haberlos derivado hacia allí. Sin embargo, estoy trayéndolos hacia este blog.
Entiendo que la lectura de mis textos puede resultar incluso incómoda, dada la terminología que empleo y la temática secundaria que abordo, pero es algo que no había visto antes y me encanta ser diferente. Me chifla la originalidad. ^_^
Sólo espero no escandalizar mucho al personal.
Por cierto!!! Yo SÍ estudié en colegio de monjas. Y ("agárrense los machos") las propias hermanas me preguntaron en varias ocasiones a ver si quería ser monja yo también.
^_^
BESO GENERALIZADO:
Muacka!
:)
Completamente de acuerdo en que el placer no es solo penetración, eso es un error que muchos hombres cometen. Hay tantas cosas y tantas zonas que hacen gozar a una persona que a veces incluso es hasta mejor jugar más, que concretar.
ResponderEliminarMuy buen relato!!!
Un abrazo.
A mí no me resulta incómoda ni mucho menos, me gustan tus relatos, pero sí que tenía curiosidad por saber si era el enfoque que le dabas a todos tus escritos.
ResponderEliminarPero de monja, la verdad, no te veo mucho jajaja
Besitos *L*
¡Mientras uno de nuestros dedos sea capaz de sujetar nuestra lengua...!
ResponderEliminar¡Adelante *L*!
Qué buen relato! Curiosamente yo tengo un amigo parapléjico. El sufrió un accidente de muy joven y se dijo a sí mismo "esto no va a cambiar mis planes". Es un gran deportista que practica en su silla de ruedas basquet, esquí (no sé si en la silla porque no lo he visto) nada todos los días del año... y tiene un grupo de amigos que son como él. Con la confinaza que da la amistad y los vinos compartidos mi amigo, llamémoslo "A" me contó muchas cosas sobre los líos sexuales de su grupo de amigos y los suyos propios. Le pregunté por el tema cunilingus y me aseguró que todos ellos han desarrollado técnicas depuradas en este campo. Es cierto que muchos parapléjicos sorprenden por su vitalismo y un dato objetivo y cierto "los parapléjicos presentan una menor tasa de suicidios que el conjunto de la población". Gracias por tu relato
ResponderEliminarComo sabes, yo también soy un paralítico (me gusta mucho más esa palabra que la políticamente correcta, discapacitado, que es fea "pa gochu" que decimos en Asturias). Se del tema, y este relato me a puesto "a mil", como te podrás imaginar.
ResponderEliminarGracias
Para tí, siempre "Kolakao"