Apoyado en la barra del bar, con una erección descomunal mientras se
daba un festín de besos con lo que él consideraba "una hembra de bandera", Alberto brinda mentalmente por la suerte que ha tenido esta noche. Atrás quedaron aquellos tiempos de guaperas insufrible, de conquistador nato, de follador intenso. Hoy, a sus cuarenta y muchos
años, una incipiente calva, barriga cervecera y pedantería a
toneladas, milagroso es el fin de semana que consigue atraer a
alguna chica preciosa y con un cuerpo de escándalo, como a él
siempre le han gustado. Y es que Alberto no se resignaba a practicar sexo con cualquier mujer. Él sólo cataba "coñitos de categoría", como se complacía en decir.
Esta
noche aquel bellezón de medidas de infarto a quien había desnudado
previamente con la mirada desde que entró al local se le acercó y,
sin presentarse siquiera, le metió la lengua hasta la campanilla, mientras que con la mano derecha le frotaba el bulto de la entrepierna y con la zurda asía con fuerza una de sus nalgas.
Entre
tantos besos y magreos Alberto advirtió que no aguantaba más
de excitación. Si no le metía su polla rápidamente, se correría allí mismo de manera espontánea.
-
Nena, ¿qué te parece si nos vamos al cuarto de baño para
que te inunde el chochito de mi leche rica?
En
ese momento ella se apartó de inmediato, hizo una mueca de
satisfacción y le espetó con tono chulesco:
- Me
temo que vas a quedarte con las ganas, querido...
Tú no te
acuerdas de mí, pero yo sí de ti. Soy Catalina,
aquella compañera de
clase a la que llamabas acnéica
empollona cuatro-ojos.
*** Más relatos de venganzas jueveras en casa de Teresa Oteo:
(CLICK)
__________________
Jajajaja...la venganza se sirve en plato frío, jajajjaja...
ResponderEliminarAyyy Catalina, !cómo has cambiadooo! dijo antes de explotar del paquete quedándose como para pedir dodotis.
ResponderEliminarAl dejarlo así, la Catalina ejerce venganza suprema y podría, a los 40 y tantos del Alberto, provocarle un "dengue" o un "pronto" o calvície o flojera de los bajos perpétua.
Lo chulesco sobrado siempre pasa factura, cuestión de tiempo.
Muuy buena venganza calentita que no fría de la empollona, para algo vale ser lista, mejor que maciza.
Besito.
jajajaja. Que bueno!! Eso es venganza (yo lo hubiera hecho peor). Vamos al baño, te desnudas y ahi te quedas, en bolas!!! jajajajaja
ResponderEliminarmi beso.
Se quedó sin catar a catalina .
ResponderEliminarjajajajaj, vaya con Catalina.
ResponderEliminarCuanto me hubiese gustado ver la cara del guaperas de antaño.
Un besito, buen día
Que dulce es la venganza,y mas cuando el patito feo se convierte en aguila imperial.Besos desde el alma.
ResponderEliminarEso si que fue una excelente venganza de la que una no se arrepiente de llevar a la práctica.
ResponderEliminarUn abrazo
*L*,la venganza de Catalina hubiera sido máxima si le hubiese seguido la corriente.
ResponderEliminarAmbos se dirigen al baño,ella le pide que espere un minuto ya que se ha dejado el bolso en la barra del bar.
Y mientras él espera con una sonrisa de satisfacción ,aparece el dueño del bar (es un amigo íntimo)con tres hombres más portando cada uno un bate de béisbol.
Alberto no sabe que ocurre y su cara se torna en una mueca de terror al oír de boca del dueño:
-¿Tú eres el listo que quiere violar a mi novia?.
Y colorín colorado,este relato se ha acabado.
Te abrazo muy fuerte cielo, un superachuchón y hasta pronto...espero
Excelente. Pero una cosa, Catalina, de haber accedido y largado justo en el momento previo a la eyaculación, ahí, ahí si que firma una vendetta de matrícula.
ResponderEliminarMe quedo en tu espacio.
Un beso
jajajaja
ResponderEliminarQue linda venganza. Las que ademas dan mucho placer.
Un abrazo.
esta vengnza me encanta. es divertida y verdaderamente talión.
ResponderEliminarun placer de jueves!
saludos!
Jajja!! Esa sí es una venganza...
ResponderEliminarMuy bueno, espero que haya una mano amiga que lo entienda luego de semejante venganza. Se lo merece, por andar catalogando y ser tan sueperficial. Saludos un petit baiser (si no me equivoco es así, jeje)!
ResponderEliminar...Y la que rio la última fue Catralina. Me parece a mi que esa noche Alberto va a tener que echar mano de una mano muy amiga para saciar su calentura, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobre Alberto, pero se lo merece. Es carma!!
ResponderEliminarBesos L y se feliz!
Menudo chafón, si que ha sido un ojo por ojo como Dios manda jajajaj Besos, y acuéstate pronto que mañana tienes que conocer in person a JOACO, y tienes que estar bien descansadita jajaja
ResponderEliminarJajaja, merecidísima venganza. Algo corta tal vez, porque el calentón podía haber ido hasta justo la antesala de la eclosión final. Le hubiera provocado un estado de ansiedad febril insoportable.
ResponderEliminarMe encantó, de veras.
Un abrazo.
Catalina se quedó en notable, la matrícula si le aguanta un poquito más.
ResponderEliminarFina y calentita venganza *L*
Besos.
Por una vez que se quedara a medias no le iba a pasar nada, a lo mejor le sirve para otras veces. Buen relato
ResponderEliminarJajaja genial!!! Qué buena venganza, lo tuvo en vilo hasta el último instante y allí que te la descargue tu abuela no?
ResponderEliminarBuenísimo, me encantó.
Un abrazo.
Jeje, se quedó con dos palmos de ... No, no exactamente de narices. >Ni con dos palmos, ¡será fantasma!
ResponderEliminarBienvenida L.
woaaaaaauuuuuuu !!!
ResponderEliminarme encantoooo jajaja genial historia y yo que estaba pensando y esperando aquel final de que aquella, esa hermosa mujer fuera un hombre jajaja , pero el final si que me encanto... vaya que venganza eee
Aqui no vale eso de "la venganza es un plato frio" vaya con Catalina lo ha puesto al borde del infarto y se le bajará de golpe la calentura.
ResponderEliminarUn besote
Hola *L*, con asteriscos jejeje ya llegué a verte (perdona el retraso, por fi)
ResponderEliminarqué bueno! me encantó , pero opino como los compis que yo todavía le habría apurado un poquito más la venganza...no se va a olvidar de la empollona fácilmente!
Muchas gracias por acudir a la convocatoria y un beso.
Mujer no... ¡pobrecito!, solo por llamarla empollona cuatro ojos. La venganza me ha parecido descomunal para la afrenta recibida, o... ¿había algo más?.
ResponderEliminarMuy bueno, me has sacado una sonrisa.
Un saludo
Ibso
Normalmente la venganza es un plato que se sirve frío pero Catalina supo darle el puntito justo de ebullición. Irresistible relato que "tenñia" que incorporar a la serie de amores cotidianos. Confío que las ilustraciones de Vettriano te gusten.
ResponderEliminarhttp://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/05/08/amores-cotidianos-71-ligue-en-el-bar/
JAVIER, ¡bienvenido! Muchas gracias por incluir el relato en tu blog y por el enlace. Todo un acierto por tu parte la selección de imágenes de Vettriano para acompañar al texto. :)
ResponderEliminarBesos.