Él olvidó paulatinamente los besos, los abrazos, las caricias, el afecto, las atenciones... Ella olvidó repentinamente ir a la farmacia a comprar la adrenalina y decirle que a la receta del postre que estaban tomando le había agregado cacahuetes.
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El olvido de él era imperdonable. Buena receta la del postre.
ResponderEliminarBesos.
Yo le hubiera echado cianuro.
ResponderEliminarahí va! un intercambio de amabilidades...
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Un olvido imperdonable de él, buena receta linda.
ResponderEliminarLa imagen es bonita
Besos
Que situación más triste! la desidia, no casa bien con los afectos.
ResponderEliminarBuena receta querida amiga.
Besos
!Mecachis! no me van los cacahuetes, prefiero la adrenalina, pero en toda receta suele faltar algo, otra vez será.
ResponderEliminarBesito *L*
Como un latigazo, golpea y deja marcas. Y en esta ocasión de paulatinamente nada.
ResponderEliminarBesos
Muy a tono con la propuesta y con un giro original.
ResponderEliminarGracias por participar y por traerte "el souvenir" ;)
besos
y ni ese postre se merecìa.
ResponderEliminarquè impecable resumen en este micro.
un abrazo!
Creo que faltan muchos ingredientes a esta receta. Si solo falta uno, quizá se consiga algo, pero así... no hay mucho que hacer. Cortito y directo.
ResponderEliminarUn beso
Hay olvidos imperdonables... Vaya microrrelato. Me encantó.
ResponderEliminarAl muchacho se le olvidó demasiados ingredientes, imperdonable, pero de una vez.
ResponderEliminarUn beso.
No hay mejor plato que saborear, que aquel en el que se emplea tiempo y cariño, aderezandolo dulce y cuidadosamente, con las miles especias que convierten el plato en un exquisito manjar...
ResponderEliminarUn placer saborear tus letras ;-)
Bso enorme!! Muaackss!!