Juan Ignacio soltó el cutter y se limpió las manos con la sábana. Después cogió aquel trozo de pene ensangrentado y aún erecto, y lo alzó como un trofeo. Uno de sus compañeros comenzó a vomitar; otros contemplaron la escena horrorizados; los demás chicos se pusieron a dar saltos de júbilo sobre las camas aplaudiendo con fervor aquella hazaña, hartos de tantos y tan reiterados abusos nocturnos por parte del Padre Prior quien, con la sotana aún remangada, gritaba retorciéndose de dolor en el suelo de la habitación del Seminario.
*** Más hartazgos en no más de 100 palabras en casa de Mar:
(CLICK)
Mirad qué Mafalda más hartita ha tuneado
para mí la convocante de este juevero:
para mí la convocante de este juevero:
GRACIAS, Mar!!!
:)
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Le está bien empleado.
ResponderEliminarBesos.
ufffffffff, sí, sí, a esos tipejos les está bien empleado, peeerooooo...como que me voy ligeramente escocido, y eso que sólo es un texto.
ResponderEliminarUn beso
Anda *L*, que como dice Valaf ... lo merecía, pero no era necesario ser tan explícita, que no podemos dejar de sentirlo ...
ResponderEliminarBesos, pese a todo.
Justo castigo a su perversidad. Perdona que no siga, pero tengo urgente necesidad de comprobar que el dolor que siento se puede quitar haciendo pipí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fuerte escrito, me gustó mucho la honestidad y la bien expresada crueldad que sucede que muchos prefieren ignorar e incluso justificar- que es mucho peor.
ResponderEliminarMis aplausos para ti.
No he podido seguir leyendo. Volveré, ahora estoy recién comida.
ResponderEliminarUna historia espantosa. Terrible ficción que nos pone en la piel de tantas realidades que -sabemos- vienen ocurriendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Buena decisión, ante la violación castración......
ResponderEliminarUn buen castigo para un sinverguenza como ese, hay poco que serían capaces de hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
A más de uno habría que aplicarle tal castigo! Francamente, hay quienes bien lo merecen.
ResponderEliminarSiempre con tu fuerza *L*, visceral y acertada a la hora de contar.
Besos!
Gaby*
Seguramente, si nos ponemos en la piel de sus víctimas, quizá podamos entender un poco mejor ese sentir...
ResponderEliminarun fuerte abrazo, después de leer tus fuertes palabras, bien enganchadas en tu relato.
Excelente relato y muy buen castigo pues así se debería hacer con todos
ResponderEliminarBufff!!! Un poco fuerte tu relato pero me ha encantado!Bs.
ResponderEliminarPienso que la medida está en justa correspondencia con el delito cometido. Pienso además que el lenguaje empleado por tí es el adecuado para describir la atrocidad que supone el abuso permanente de menores, no puede ser suave porque el delito es abyecto y monstruoso, por lo que no valen las medias tintas. Me ha encantado, *L*.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Impecable la fuerza con la que has escrito *L*, para llegar hasta esos extremos el camino ha de haber sido muy largo para los protagonistas.
ResponderEliminarDemasiado silencio, demasiado encubrimiento.
Un abrazo.
Bien empleado le está al cura por andar "metiendose" donde no debe. Me encantó.
ResponderEliminarPor lo de la Mafalda tuneada, gracias. Parece que te ha gustado eh?
Bss.
Por Dios, y yo sin enterarme, con lo que me hubiera gustado llevar también mu cutter.
ResponderEliminarBesos
Bien! a más de uno se le irían las ganas si ese fuere el resultado final a tal atrocidad...
ResponderEliminarUn beso amiga! ;-)
NO podías haberlo descrito mejor. De gran claridad. esos jóvenes ya no pudieron más. Un beso
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