ANA ROSSETTI - «La presa»







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        Days of Future Passed, cara B. Ella oliendo a vainilla como un ramo de heliotropos. Él enlazándola por la cintura. Los dos bailando en la alfombra muy juntos. Casi sin moverse.
     Cuando ella consiguió desabrocharle el cinturón y descorrerle la cremallera, lo halló en óptimas condiciones. Cuando él logró infiltrársele en lo más profundo de la entrepierna, la encontró dispuesta y ansiosa. Los labios de ella bucearon bajo su camisa, picotearon por su pecho como una tijerita minúscula en dos minúsculos granos de frambuesa. La lengua de ella era rápida como la de un colibrí y le adhería una fría e irisada telaraña. Y él se entregó a la envolvente ternura de las caricias conocidas, a la sabiduría de la costumbre, a la liturgia que, en la reiteración, basa el principio del trance. Se cogieron de las manos: cada uno atrajo la caricia del otro hacia sí. Los dedos se superpusieron, se amoldaron, se acoplaron para maniobrar juntos. Él le recubrió la mano y la cerró firmemente sobre la rigidez de su verga. El dedo de ella acompañó al otro a abrir delicadamente la hendidura y profundizar en su abismo marino y lo orientó hasta capturar una delicia húmeda, tan dura y precisa como una perla. La mano de él le imprimió en el puño un fervoroso vaivén y ella sintió apretarle entre los dedos un deseo tumultuoso, los latidos de una sangre soliviantada, la furia de una espada ardiendo, la amenaza de un torrente subterráneo... y apresuró su cadencia desobedeciendo a su guía. Rodaron por la alfombra.
     The Moody Blues: Days of Future Passedcara B. NIGTHS IN WHITE SATIN.
      Ella, encajándole las palmas de sus manos en las mejillas, las inclinó y las hundió entre sus piernas. Al instante una lengua diligente penetró en el tierno capullo y lo recorrió en toda su longitud, separando sus pétalos, alisándolos, lamiéndolos hasta detenerse en al comisura. Entonces, con la lengua como eje, él hizo girar su cuerpo hasta atenazar con sus ingles la cabeza de ella. Su verga inflamada entró en un cinlindro caliente de terciopelo. Unos labios se contrajeron firmemente, se estrecharon, succionaron queriendo retener al intruso que tan decididamente se introducía para luego retirarse.
   El placer de ella se derramó embadurnándole el rostro, rebosándole en la boca. El deseo de él, endurecido, agitándose, yendo y viniendo hasta el fondo, sacudido por el oleaje de una lengua procelosa, amenazaba con estallar muy pronto. Ella embistió con las caderas, y con los muslos apretó contra sí el enloquecido y persistente afán de la lengua que le hurgaba dentro de la carne. Y los dedos de él se le aventuraron en su mullido y untuoso túnel colmando plenamente su vacío. Las manos de ella empujaron las nalgas de él, las separaron, sus dedos se deslizaron recorriendo su juntura. En la penumbra, inextricablemente entrelazados, apenas se distinguía de ellos una jadeante maraña.
     De pronto, él se tensó como un ciervo. Un chorro quemante inundó de nácar el engarce de una boca. Unas piernas se desenredaron, aflojaron la presión de su pinza.
      Se alzó la aguja y dejó de girar el disco.


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Ana Rossetti, Alevosías. Barcelona, 1991. Licencia editorial para Círculo de Lectores por cortesía de Tusquets Editores, S.A.
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5 comentarios:

  1. y 3 - Ahora sí, todo transcurre con arte y elegancia para los amantes (y para el lector).

    Jajaja He acertado en algo?

    Besosss.

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  2. DEMIURGO: emsssss... Cuestión de gustos. Eso sí, a la parejita del fragmento parece ser que les gustó/sirvió para esos menesteres. ^_^

    Besos.

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  3. TONI, has acertado en lo de la elegancia. :))) Me encanta cómo escribe Ana Rossetti. Bufffff... Poesía incluída, eh?

    Besos (a tu hermana también, por supuesto - y a Pam, a María, a la tortuga, al boquete de aquella pared que guardaba aquellos libros, a los libros también... Me quedé con las ganas de conocer más sobre aquella intriga, yavestú)

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  4. Y de ese lugar común que es besarse lento en la alfombra como testigo hacia le abismo de todo lo que penetra y es penetrado, estallando en blancos y voces guturales venidas de otro tiempo...

    me encanto el texto..

    mi beso.

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