DE PEQUEÑA me gustaba
que me contaran cuentos
de príncipes y princesas
en los que el final feliz
consistía en comer perdices.
DE MAYOR huyoooooo
de quienes me cuentan cuentos,
no creo en príncipes, ni en princesas,
y considero un final más que feliz
tener la oportunidad
de comerme de vez en cuando
algún que otro pichón.
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Muy bueno...
ResponderEliminarUn beso
C'etait un baiser si fort...
ResponderEliminarPero que bruta eres por Dios...
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