¿Conjugar palabras? ¿Jugar con ellas? ¿Masturbarlas, deconstruirlas, arrejuntarlas, declinarlas, o follarlas hasta la extenuación, hasta conseguir ensartarlas a nuestro antojo como cuentas de rosario entre los renglones y,
de ese modo, alcanzar el ansiado orgasmo visual o auditivo? Se me antoja empresa propia de malhechores sin escrúpulos.
¡Pobres palabras! ¿No os dáis cuenta de que las palabras son indefensas muchachitas al servicio de magos de medio pelo? ¡Ay de ellas cuando caen
en manos de esos que se hacen llamar "escritores"! ¡Pobres palabras! Las palabras son las fulanas peor pagadas de la mayor casa de putas de la comunicación: el diccionario. Da igual que se trate de uno de definiciones, donde se puede encontrar en convivencia casi orgiástica en la misma página cónyuge, copa y coñac, coño, coñete o coñón (según se mire), o que sea un campo de concentración semántica donde, por ejemplo, penes, falos, vergas, pichas, pistolones, chorras, cipotes, mingas, pililas y demás nomenclaturas sobre el miembro viril, bailen al compás en columnas sinonímicas colindantes con pendones y prostitutas.
¿No os dáis cuenta de que las palabras son sumisas-acata-normativas y que sólo sobreviven las más vivas, las lozanas, las que más gustan que son, no obstante, las más manoseadas? De hecho, las viejas o aquellas que dejan de hacer tilín mueren olvidadas, exiliadas incluso de sus casa-cunas...
¡Pobres palabras! Lloro por los salvajes mestizajes cacofónicos en que las convierten cuando las mezclan con otras de otros idiomas. Lloro por su usufructo gratuito para vaya usted a saber con qué fines, o por los vituperios visuales que hacen con ellas quienes tan pronto mutilan sus sombreritos de plumas en forma de acentos, como se los clavan sin ton ni son, asi como por los cambios de indumentaria fonemática porque "total" —argumentan sin pudor los delincuentes letriles— "suenan parecido". Lloro por los magreos premeditados y alevosos de quienes retuercen las palabras sin piedad hasta formar vocablos monstuosos e ininteligibles a los que denominan "neologismos".
NO!!! Yo no quiero maltratar de ese modo a mis amigas las palabras, y mucho menos conjugarlas con acierto. Esto último sería un crimen aún mayor, si cabe. Es por ello que os animo a vosotros a que tampoco lo hagáis. ¡Cuidaos de quienes utilicen bien las palabras, de quienes sepan jugar con ellas! ¡Cuidaos de quienes las arrancan sin compasión de los diccionarios! Son seres deplorables, viles manipuladores de vocablos, violadores de virginales folios, o de níveas pantallas de monitor. ¡Huid de ellos! O seréis presa fácil de un poder hipnótico que os impregnará con su veneno pupilas, oídos y quien sabe si también buena parte del alma... O del corazón...
***Consejo ofrecido por la insigne Dra. LaMort —desde el púlpito, en completo silencio, imitando a los mimos y con un alto grado de teatralidad, tras haberse trincado de un trago una botella de jugo de uva fermentada que ha encontrado circunstancialmente en la sacristía de la iglesia de su pueblo mientras buscaba el mejor plano para fotografiar el retablo—.
NOTA AL MARGEN: afortunadamente estaba todo el mundo en la procesión de Jueves Santo.
***Más Palabras con...jugadas en casa de Gaby:
Mirad qué anagrama más chulo
me ha hecho Gaby para la ocasión:
La Petite Mort
GRACIAS, Gaby!!!
:)
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