— © Jim Kazanjian —
INDEFENSIÓN
La última vez que lo observé de lejos, advertí que no dejaba títere con cabeza, así que me propuse estudiar a fondo ese fenómeno tan peligroso.
Al parecer, se presenta de manera repentina, abrumadora, desbordante, te atonta y, en los casos más extremos, incluso podría llegar a dejarte sin energías. Te atrae como las luciérnagas, con una bioluminiscencia metafórica capaz de dar color a todos tus grises y endecasílabos a tu folio en blanco. La alteración hormonal se hace evidente desde los primeros estadios y suspiros.
Nadie aún ha encontrado vacuna ni armadura que nos libre del contagio del amor. El que lo probó, lo sabe. Y ahora me apetece leer a Benedetti. ¡Ay, qué boba estoy!
*L*
➨ Microrrelato para los #ViernesCreativos del Bic Naranja (CLICK), inspirado en el castillo imposible de JIM KAZANJIAN que nos ofrece hoy ANA VIDAL PÉREZ DE LA OSSA.
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Quien experimenta esta enfermedad no quiere ser curado.
ResponderEliminarBien planteado