I
Un carajo impertérrito
Un carajo impertérrito, que al cielo
su espumante cabeza levantaba
y coños y más coños desgarraba,
de blanca leche encaneciendo el suelo.
En su lascivo ardor, cual Monjibelo,
nunca su seno túrgido saciaba
y con violento empuje penetraba
hórridos bosques de erizado pelo.
Venció a la humanidad; quedó rendida
la fuerza mujeril; mas él, sediento
siempre, y siempre con ansia coñicida,
leche despide y mancha el firmamento,
dejando allí su cólera esculpida ¹
del carajo en eterno monumento.
Cancionero moderno de obras alegres. London, H. W. Spiritual, 1875. Publicado en edición facsímil por Visor Libros, Madrid, 1875.
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¹ La vía láctea.
Wow!Qué obscenidad más torrencial y deliciosa! Esta sin duda es la prueba irrefutable de que la poesía, la buena poesía relampaguea y rutila cualquier instante de la vida y la pasión. Me encanta, desconocía esta poética erótica de José Espronceda. Ha sido todo un descubrimiento gracias a tu selección. Y la imagen que has elegido es perfecta.
ResponderEliminarBesos
Gracias por tu comentario, GABRIELA!!! :) Es un honor que dejes tu huella en mi espacio. Yo aún no he hecho lo propio en el tuyo. Escribes taaaaaaaaaaan bien que creo que mis intervenciones serían monotemáticas, del tipo: "¡qué bonito!, ¡qué bien escrito!, ¡bravo!", o expresiones hermanas (tú ya me entiendes).
ResponderEliminarBeso grande, mega-escritora!!!
MUACKKKKKKKK