I
Nunca diga a un hombre de mundo: “¿Hay que chupársela?” Son las putillas baratas quienes hablan de esa forma. Dígale en voz baja, al oído: “¿Quiere mi boca?”
II
Si está con un caballero al que nunca se la ha mamado, no le haga sabias lamidas a lo largo de la polla y por detrás de los cojones. Tendría una mala opinión acerca de su pasado.
III
Métase modestamente la picha en la boca al tiempo que baja los ojos. Chúpela despacio. Preste atención a los dientes para no morderla y apriete los labios a fin de no babear.
IV
Cuando el caballero esté a punto de correrse, no lo interrumpa pidiéndole noticias de su madre, aunque haya olvidado hacerlo a su tiempo.
V
Cuando eyacule, tráguese en silencio hasta la última gota. A continuación diga alguna frase amable sobre el sabor de la bebida que acaba de tomar.
VI
Hecho esto, no le pida al caballero seis sous. Las jovencitas con mundo la chupan por gusto.
VII
Si está acostada con un hombre al que conoce muy bien y al que ya le ha proporcionado veinte corridas, puede -sin inconveniente alguno- chuparle el pellejo de los cojones y meterle la lengua en el culo como preámbulo; pero déjele creer que es el único a quien usted concede esos favores.
VIII
Si al caballero se le pone blanda entre sus labios, no lo achaque a su debilidad, sino a la inexperiencia de usted.
IX
Si muriera, abotone su pantalón otra vez antes de llamar a la criada y nunca diga en qué circunstancias entregó su alma a Dios.
Pierre Louÿs, Diálogos de cortesanas seguido de Manual de urbanidad para jovencitas. 1979. La Sonrisa Vertical. Tusquets Editores.
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Me ha gustado unos buenos consejos.
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